TRASTORNO DISMÓRFICO CORPORAL
Trastorno dismórfico corporal también conocido como dimorfofobia,suele comenzar en la adolescencia y consiste en la preocupación obsesiva por un supuesto defecto físico, que es prácticamente indetectable para los demás. Las preocupaciones más comunes sueles referirse a los ojos, nariz, pelo, orejas, piel, labios, arrugas, cicatrices, palidez o enrojecimiento, asimetría facial, vello excesivo, aunque también puede abarcar varias partes del cuerpo.
Por ejemplo, una persona con este trastorno puede describirse como monstruosa o deforme por percibir que tiene un párpado más caído que el otro y puede llegar a aislarse totalmente del mundo exterior, pensando que los demás se pueden fijar o reír de él, mientras que para el resto de las personas este supuesto defecto, no sea perceptible.
Aunque presentan una apariencia física normal, las personas que sufren de trastorno dismórfico corporal, o TDC, se perciben a sí mismas como feas o desfiguradas. Una reciente investigación mediante visualización de escaneos cerebrales, pone de manifiesto que el cerebro de estas personas es, en principio, estructuralmente normal, pero el problema es que funciona de modo anormal cuando procesa los detalles visuales.
Los individuos con TDC tienden a obsesionarse con una deformidad imaginaria en su apariencia física o a magnificar hasta cotas extremas un ligero defecto. Para solucionar su "problema", tienden a efectuarse cirugías plásticas, a veces en repetidas ocasiones.
A menudo, sienten vergüenza, depresión y ansiedad, lo cual aumenta el riesgo de que se suiciden.
El TDC afecta aproximadamente a un 2 por ciento de la población, tiende a circular dentro de algunas familias, y es especialmente común en personas con trastorno obsesivo compulsivo. El 30 por ciento de las personas con TDC sufren de trastornos alimentarios, también vinculados a una percepción distorsionada de la imagen propia, como por ejemplo la anorexia.
El TDC afecta aproximadamente a un 2 por ciento de la población, tiende a circular dentro de algunas familias, y es especialmente común en personas con trastorno obsesivo compulsivo. El 30 por ciento de las personas con TDC sufren de trastornos alimentarios, también vinculados a una percepción distorsionada de la imagen propia, como por ejemplo la anorexia.
Esta preocupación excesiva (o pensamiento obsesivo) por un detalle físico, suele llevar a las personas afectadas, a una serie de conductas compulsivas y/o de evitación, estos son los criterios para el diagnóstico del trastorno dismórfico corporal, según el DSM-IV (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales).
-Invierten gran cantidad de tiempo en intentar camuflar la parte de su cuerpo con la que están disconformes, por ejemplo, llevando el pelo largo, gafas de sol oscuras, llevando mucha ropa incluso en verano, maquillarse en exceso, etc.
-Evitan mirarse al espejo o, por el contrario, consumen gran cantidad de horas delante de él para analizar su “defecto”.
-Evitan salir a la calle, encuentros sociales etc.
-Evitan hacerse fotos o verse en ellas
-Se comparan continuamente con otras personas
-Interrogan continuamente a sus familiares y amigos sobre su aspecto
-Suelen acudir a médicos, dermatólogos y cirujanos plásticos para corregir ese supuesto defecto, no quedando conformes con las soluciones que se les da, ya que se trata de un problema psicológico, no físico. Un gran porcentaje, acaba por someterse a cirugía estética. La probabilidad de que queden satisfechos es mínima y normalmente vuelven a solicitar una segunda intervención. Se entra así en un círculo vicioso imposible de romper, ya que la perfección buscada por el paciente, no existe.

A. Preocupación por algún defecto imaginado del aspecto físico. Cuando hay leves anomalías físicas, la preocupación del individuo es excesiva.
B. La preocupación provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
C. La preocupación no se explica mejor por la presencia de otro trastorno mental (p. ej., insatisfacción con el tamaño y la silueta corporales en la anorexia nerviosa).
El tratamiento de elección para este trastorno es el cognitivo conductual. La intervención se suele centrar en tres puntos: exposición, prevención de respuesta y reestructuración cognitiva. Un psicólogo especialista en este trastorno puede ayudar a corregir el patrón que causa la distorsión de la imagen corporal, a cambiar los pensamientos incorrectos y a resistir los comportamientos compulsivos o de evitación.
En cuanto al tratamiento farmacológico, el que ha mostrado más eficacia hasta ahora, es dosis altas de inhibidores de recaptación de serotonina (IRS).
Es importante consultar a especialistas en salud mental,sobre todo tener paciencia y amor por parte de los familiares ya que el individuo padece un trauma psíquico, no físico que lo hace externo por medio de los síntomas ya mencionados, y su tratamiento requiere mucha paciencia y apoyo psicológico.
A continuación un video donde se explica un poco sobre este trastorno de problema psíquico- no físico.
Escrito por:
María de los Angeles J.C.
Referencias:
- American Psychiatric Association Work Group on Eating Disorders (2000). Practice Guideline for the Treatment of Patients with Eating Disorders. American Journal of Psychiatry, 157, 1-39. American Psyquiatric Association (2002). DSM-IVTR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson.
- Bhat, A., Crisp, A. H., Gowers, S. G. y Joughin, II. (1991). Premenarcheal Anorexia Nervosa. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 32, 515-524.
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